La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria. Este parasito es especialmente peligroso durante el periodo de gestación de las personas pudiendo llegar a producir alteraciones en la gestación o abortos.

Existe la idea equivocada de que cuando una mujer se queda embarazada y convive con gatos inmediatamente tiene que deshacerse de ellos. Esto es falso. Para que se produzca la transmisión del parasito entre una persona y su gato:

1º el animal tiene que ser positivo a toxoplasma. Si no lo alimentamos con carne cruda o verduras mal lavadas es difícil esa positividad.

2º La fase infectante del parasito a la persona es la siguiente: El gato debe depositar las heces y tras un periodo de incubación de al menos unas 24 horas (fase infectante del parasito)  si tocamos esas heces con las manos y nos las llevamos a la boca podría contagiarnos de toxoplasma. Basta con retirar las heces de manera más frecuente y tener la precaución de usar palas de vaciado de arena y limpiarnos las manos tras haberlo hecho.

Es más factible que la toxoplasmosis llegue a contagiar a una mujer embarazada a través de verduras y hortalizas mal lavadas o por comer carnes poco cocinadas, que no a través de nuestro felino.

Tener un animal es adquirir una responsabilidad. Esa responsabilidad no cambia según los hacen las circunstancias de nuestra vida. No nos deshagamos de miembros de la familia porque llegue un nuevo miembro a esta.

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