Si tenemos la suerte de poder salir de vacaciones con nuestro perro, tendremos que tener en cuenta tanto nuestra seguridad y confort como la de nuestra mascota.

En muchas ocasiones nuestro problema comienza cuando el animal no se quiere subir al coche porque ”le da miedo”. Puede ser simplemente miedo a lo desconocido o por una mala experiencia. Muchas veces el primer viaje en coche fue para ir al veterinario, y claro, no tiene ganas de ir otra vez. En este caso la solución es sencilla; nos iremos en coche a pasar la mañana al campo. A la tercera vez no tendremos tiempo para decirle nada, abriremos la puerta y estará dentro (coche igual fiesta).

Si el problema es que el perro se marea, una buena solución es darle una pastilla antimareo una hora antes de salir de viaje, nuestro veterinario nos aconsejará la más adecuada, aunque la mejor manera de evitarlo es no dándole de comer antes de la salida.

Una vez en el coche, tenemos que tener presente que un perro puede ser un peligroso foco de distracciones para el conductor. Sobre el transporte de animales de compañía, la normativa actual no indica específicamente nada y solo en el código de Circulación explica que el conductor esta obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente en la conducción, añadiendo que deberá cuidar especialmente de mantener la adecuada colocación de los objetos o animales transportados.

Lo que significa que tendremos que llevar a nuestro perro atado o en un transportin adecuado. De tal manera que le sea imposible acceder o golpear al conductor o su asiento en caso de accidente.

Existen formas muy sencillas para cumplir con estos objetivos que dependerán del gusto de los dueños. La más usual es poner al perro un arnés adecuado y atarlo directamente al enganche del cinturón de seguridad del asiento trasero, regulando la longitud del enganche de modo que su cabeza no llegue al respaldo del asiento del conductor.

La otra es llevarlo en el maletero siempre que este sea abierto. Podemos poner una reja a medida que le impida salir de el,  o meterlo en un transportín.

En los primeros viajes con nuestra mascota a bordo, será interesante parar cada 45 minutos aproximadamente para que estire un poco las patas y haga sus necesidades. Si es cachorro y necesita beber agua, lo más recomendable es que se la demos poco a poco y alarguemos la parada. Así evitaremos que con el estrés pueda vomitar.

Advertir también que no es recomendable que el perro viaje asomando la cabeza, además de provocar algún accidente, es normal que el viento cause otitis o conjuntivitis al animal.

No obstante para cualquier cuestion, no dudeis en contactar con nosotros.

Consultorio Veterinario Sananton.


 

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