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El parvovirus es una de las enfermedades contagiosas más frecuentes en los perros. En algunos países es la enfermedad canina más común.
El parvovirus es causado por un virus que afecta al tracto digestivo de los perros y puede afectar el músculo cardíaco en cachorros muy jóvenes.
Aunque existe una vacuna para prevenir la enfermedad, algunos perros vacunados enferman.
Transmisión
El parvovirus se transmite mediante las heces de perros infectados. Dado que el virus es muy resistente a condiciones ambientales adversas, puede permanecer latente en el ambiente incluso por más de cinco meses.
Tambien puede encontrarse en superficies y objetos que han estado en contacto con heces infectadas, tales como las suelas de los zapatos.
Otros animales, como insectos y roedores, pueden servir como vectores de transmisión del parvovirus canino.
Sintomas
Los síntomas pueden variar en intensidad para cada individuo. Los perros adultos suelen ser más resistentes a la enfermedad y es frecuente que no presenten síntomas notorios.
En cambio, los cachorros menores a seis meses son altamente susceptibles al parvovirus y es frecuente que mueran si se contagian esta enfermedad.
Algunas razas son más susceptibles: Dobermann, el Rottweiller, Pit bull, Labrador…
Los síntomas del parvovirus canino son: vómitos, diarrea, deshidratación y heces con sangre (que pueden verse como heces oscuras). Debido a la fuerte deshidratación del perro o cachorro, la muerte suele ocurrir entre las 48 y las 72 horas desde que ocurren los primeros síntomas.
En casos severos, el parvovirus produce una disminución de los glóbulos blancos.
Prevención y tratamiento del parvovirus canino
Actualmente no existe una cura para eliminar el virus de un perro que ha sido contagiado de parvovirus. El único tratamiento que se puede realizar consiste dar soporte vital al animal, para evitar la muerte por deshidratación.
Para tratar el parvovirus canino se suele mantener el balance de líquidos y electrólitos por vía intravenosa. En casos menos severos también se pueden emplear inyecciones subcutáneas y reposición de líquidos por vía oral.
También es necesario administrar antibióticos para prevenir infecciones oportunistas.
La mejor manera de combatir esta enfermedad es mediante la prevención.
La prevención del parvovirus canino se realiza mediante la vacunación del cachorro y perro adulto, y manteniendo la higiene de los lugares en que los perros viven y pasean.
HISTORIA: Jack Es Un macho de raza bichon maltes de 4 años, no está castrado.
Los dueños nos llamaron días atrás comunicándonos que el animal tenía sangre en la zona de los genitales y lo veían algo decaído, pero lo achacaban a alguna pelea con algún otro macho de la calle y en ese momento no podían traerlo a la clínica.
Días más tarde cuando Jack acude a la clínica, está en estado semicomatoso, muy deshidratado y con la temperatura muy baja. Nos comentan que lleva 2 días sin hacer pis y no quiere comer ni beber.
EXPLORACION Y PRUEBAS: A la exploración palpamos la vejiga exageradamente aumentada de tamaño, el animal huele a urea y presenta tapón mucoso en la salida de la uretra.
Sondamos al animal y desobstruimos la uretra mediante lavados con suero salino. Una vez desobstruida la uretra comienza a orinar con mucha sangre. Repetimos los lavados con suero para limpiar toda la vejiga de posibles cristales que le provocaran esa obstrucción.
Aprovechamos la orina para tomar una muestra y analizarla microscópicamente, vemos que posee gran cantidad de cristales de estruvita. Ademas sale positivo a leucocitos y eritrocitos en orina.
Realizamos radiografia y vemos que posee un calculo de gran tamaño en la vejiga.
Tomamos muestra sanguínea y la analítica nos revela lo que ya sospechábamos, las enzimas que nos valoran el funcionamiento renal (urea, creatinina, fosforo, proteínas) están en niveles desorbitados.
DIAGNOSTICO: Sindrome obstructivo urinario.
Tratamiento: Sondamos a Jack y le cogemos una via por la que rehidratamos al animal y paliar el fallo renal. Damos via oral protectores gástricos y renales y dieta adecuada para estas patologías.
A los 2 días Jack está recuperado y mantenemos la medicación para casa y una dieta especifica para la formación de cálculos de estruvita en la orina.
Cuando este estable en los próximos dias le operaremos y quitaremos ese gran calculo.
CURIOSIDADES: Estas patologías son muy frecuentes en la zona que nos encontramos. Influye mucho la calidad de la alimentación y el agua, a la que se añaden otras causas como: dietas más secas, predisponencias raciales, el sexo y la edad o cambios en el entorno del animal que le provoquen estrés y aumente la incidencia de esta patología.
Tienen más predisposición los machos que las hembras, entre los 3 y 4 años de edad. Dado que las hembras tienen la uretra más ancha y tienen menos tendencia a obstruirse.
El riñón es como un filtro, todo lo que el animal ingiere es filtrado por este órgano, excretando todas las sustancias toxicas para el organismos por medio de la orina. En el caso de Jack, esos cristales no eran excretados por el tamaño que ya tenían y se retenían en la vejiga.
El acumulo de las sustancias toxicas provoca el fallo renal (nos falla el filtro) y autointoxicación del animal de ahí su estado comatosos. Además el alto nivel de estas sustancias provocan ulceras gástricas y/o estomatitis en la boca que impedían a Jack comer.
España cuenta con unas 26 playas habilitadas para nuestras mascotas, con las que tanto perros como personas pueden disfrutar de un rato agradable. Sin embargo, nuestros fieles compañeros no se libran de los riesgos que conlleva darse un refrescante baño.
Hoy trataremos con las medusas.
La costa mediterránea se ve invadida cíclicamente, cada tres o cuatro años, por plagas de medusas. Las causas para esta proliferación son variadas y en todas ellas ha intervenido el ser humano: sobrepesca de especies que comen medusas, incremento de la temperatura del mar y aumento de la urbanización del litoral.
Los perros son blancos fáciles para las medusas por su carácter curioso y juguetón. Las picaduras en ellos son tan dolorosas como en las personas. En principio están más protegidos por su pelaje y sus almohadillas plantares y palmares, que son duras, impermeables y bastantes resistentes, pero hay localizaciones más propicias a sufrir cierto tipo de lesiones: trufa y cavidad oral, cara interna de las orejas, abdomen y en la región inguinal.
Los síntomas que se presentan tras una picadura son:
- Dolor.
- Eritema (enrojecimiento de la piel).
- Edema (hinchazón causada por la acumulación de líquido en los tejidos del cuerpo).
- Prurito (picor).
- Pápulas (protuberancias de la piel).
- En algunas ocasiones pueden aparecer complicaciones como cansancio, “llanto” y dificultades respiratorias.
¿Cómo actuar ante un caso de picadura de medusa en tu perro?
– Intenta que tu perro no se rasque y manténle lo más quieto posible para que el veneno no se extienda. Igualmente debemos evitar el lamido.
– Aplícale hielo durante 15 minutos, evitando el contacto directo sobre la piel del animal (debemos envolverlo con una toalla o una bolsa de plástico). Con esto se pretende provocar el efecto de anestesia local por frío y, de este modo, reducimos el dolor.
– Examina la piel y el pelo en busca de restos de la medusa o sus tentáculos.
– Retira los mismos (siempre usa guantes ya que aún puede picar) y aclara con agua salada.
– Simultáneamente, raspa con cuidado la zona. No debes emplear agua dulce ni frotar la piel del animal, puesto que estas dos acciones favorecen la descarga de los nematocistos.
– Hay que aclarar la zona lesionada con agua salada: no debes emplear agua dulce puesto que favorece la descarga de las células urticantes de la medusa.
– Lava con una solución de ácido acético al 5-10% (vinagre) durante 10 o 15 minutos. Las soluciones ácidas inactivan la descarga de los nematocistos, aunque no eliminan el dolor.
– Seca la piel y aplica pomadas analgésicas (lidocaína o benzocaína), con corticoides o antihistamínicos para aliviar la reacción alérgica.
Estos pasos previos favoreceran que tu mascota pueda llegar con los sintomas controlados a la clincia veterinaria, donde trataremos el problemas
Articulo publicado en la revsista Argos.
Si tenemos la suerte de poder salir de vacaciones con nuestro perro, tendremos que tener en cuenta tanto nuestra seguridad y confort como la de nuestra mascota.
En muchas ocasiones nuestro problema comienza cuando el animal no se quiere subir al coche porque ”le da miedo”. Puede ser simplemente miedo a lo desconocido o por una mala experiencia. Muchas veces el primer viaje en coche fue para ir al veterinario, y claro, no tiene ganas de ir otra vez. En este caso la solución es sencilla; nos iremos en coche a pasar la mañana al campo. A la tercera vez no tendremos tiempo para decirle nada, abriremos la puerta y estará dentro (coche igual fiesta).
Si el problema es que el perro se marea, una buena solución es darle una pastilla antimareo una hora antes de salir de viaje, nuestro veterinario nos aconsejará la más adecuada, aunque la mejor manera de evitarlo es no dándole de comer antes de la salida.
Una vez en el coche, tenemos que tener presente que un perro puede ser un peligroso foco de distracciones para el conductor. Sobre el transporte de animales de compañía, la normativa actual no indica específicamente nada y solo en el código de Circulación explica que el conductor esta obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente en la conducción, añadiendo que deberá cuidar especialmente de mantener la adecuada colocación de los objetos o animales transportados.
Lo que significa que tendremos que llevar a nuestro perro atado o en un transportin adecuado. De tal manera que le sea imposible acceder o golpear al conductor o su asiento en caso de accidente.
Existen formas muy sencillas para cumplir con estos objetivos que dependerán del gusto de los dueños. La más usual es poner al perro un arnés adecuado y atarlo directamente al enganche del cinturón de seguridad del asiento trasero, regulando la longitud del enganche de modo que su cabeza no llegue al respaldo del asiento del conductor.
La otra es llevarlo en el maletero siempre que este sea abierto. Podemos poner una reja a medida que le impida salir de el, o meterlo en un transportín.
En los primeros viajes con nuestra mascota a bordo, será interesante parar cada 45 minutos aproximadamente para que estire un poco las patas y haga sus necesidades. Si es cachorro y necesita beber agua, lo más recomendable es que se la demos poco a poco y alarguemos la parada. Así evitaremos que con el estrés pueda vomitar.
Advertir también que no es recomendable que el perro viaje asomando la cabeza, además de provocar algún accidente, es normal que el viento cause otitis o conjuntivitis al animal.
No obstante para cualquier cuestion, no dudeis en contactar con nosotros.
Consultorio Veterinario Sananton.
Un año más los campos de trigo comienzan a secarse y con ello aumenta el número de espigas que tenemos por el campo.
Cada año sacamos muchísimas espigas de oídos, fosas nasales, patas… A veces incluso llegamos a entrar en quirófano con animales por esta causa.
La espiga en el cuerpo reacciona como un cuerpo extraño, el organismo lo encapsula y forma secreción purulenta alrededor de él. En ocasiones estas espigas migran por el cuerpo del animal y se hace más difícil su búsqueda.
Recomendaciones para evitar estas espigas:
– Evitar zonas de campo muy secas en la medida de lo posible
– Colocar torundas de algodón en los oídos cuando les saquemos a pasear, de esa manera las espigas que fueran a depositarse en el conducto del oído solo llegara a la torunda de algodón. Cuando lleguemos a casa retiramos la torunda.
– Examinar al animal al llegar a casa, prestando especial atención a la zona de los interdigitales, zona perianal (a veces se les clavan cuando el animal se agacha para hacer sus necesidades), orejas y ojos.
Detectándolas a tiempo evitaremos que migren por el organismo y que generen infecciones.
Signos de que nuestro animal tiene una posible espiga:
– Agitar las orejas, cabecear, llevarse la pata a la oreja puede indicarnos de que lleva una espiga en el pabellón otico.
– Estornudos frecuentes, sangrados nasales nos orientaran a que hayan aspirado alguna.
– Lamerse excesivamente extremidades, nos indicaran que pueda llevar algo clavado en ellas
– Inflamaciones regionales, secreciones.
Ante cualquier signo acuda a su veterinario para examinar bien la zona y tratar el problema
En Consultorio Veterinario Sananton estaremos encantados de ayudarte a ti y a tu mascota.